jueves, 25 de febrero de 2010

21/

Cuando discutimos nuestros rostros se transforman. Monstruosamente diferentes a lo hermosos que somos, que solíamos ser. Atmósfera de presión, llanto en el cual nuestras voces se ahogan. Tus ojos -que tan dulcemente me han observado-, son tan sólo un par de rasgaduras llenas de odio y tu boca -que tan apasionados besos me ha concedido-, ahora vocifera palabras a las que hago oídos sordos, y por entre los gritos veo tus dientes que esta vez no me sonríen, en vez de eso escupen furia, si pudieras morderme...
Quiero que esta transformación momentánea de tu ser finalice, no sé por dónde empezar. Tal vez espere a que rompas sólo en llanto, que no hables y te sientas más ligero y ese será mi momento único; te acariciaré el pelo y secaré tus lágrimas por más que te resistas un poco, acercaré mi rostro al tuyo y te diré que ya vamos a encontrarle solución, cerraré mis ojos y rozaré mis labios contra los tuyos que ahora sollozan un poco. Te rodearé el cuerpo entero con mis brazos y tu respiración se tornará algo espástica, ya pasará, ya pasará. Y una vez que te tranquilices y tomes valor, te despegarás suavemente de mí y me dirás que no querés estar más conmigo, que me querés lejos.
Es el turno de mi monstruo.

5 comentarios:

  1. Coltrane y este blog son una muy buena combinación.

    ResponderEliminar
  2. cuánta oscuridad
    para una adolescente

    http://nosdaculpita.blogspot.com

    ResponderEliminar
  3. y cuando uno se transforma por dentro, tambien pasa por fuera.

    besos

    ResponderEliminar
  4. No me gustaría conocer a tu monstruo

    ResponderEliminar