martes, 18 de agosto de 2009

8/

Cuando bajo en la estación de subte Malabia de la Línea B, tengo nueve cuadras hasta mi casa.
Sí, nueve cuadras. Para la mayoría es mucho. A mí me encanta.
Las calles de Villa Crespo son bien barriales; los árboles, veredas de esas baldosas con rayitas, las calles adoquinadas, la boutique para señoras que tanta curiosidad me causa debido a la extravagante indumentaria que se exhibe la vidriera, la panadería, la heladería, la casa de pastas.
Es mi paseo cotidiano. Todos los días me invento una historia distinta cuadra a cuadra, pienso cosas indeterminadas, en cómo las escribiría. Las creo y deshago a mi voluntad, algunas las reciclo y hago parte de una nueva historia al día siguiente.
Nunca nada llega al papel.
Nada me convence.
Yo no te convenzo.

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