lunes, 26 de abril de 2010

23/

Estoy segura de no saber quién soy. Completamente segura: No hay rastros míos en ninguna parte. Contadas son las veces en que pensé que iba a dejar de existir -porque otra cosa que sé es que existir existo; estas manos, estos dedos con los que escribo, el cerebro y demás órganos latentes que ayudan a mi confesión no son ficticios-. Sin embargo, no saber quién soy, a quién mirás a través de estos ojos color tierra, es perturbador. Ya sé lo que dicen, que está mal, pero a veces me gustaría encontrarme en otro. Asegurarme la existencia para siempre, jugar por un día a que soy yo.

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